Toda mi vida ha estado relacionada con la Tambora, toda vez que mi padre DIOGENES ARMANDO PINO, es un investigador, cultor y sobre todo un enamorado de las Tamboras, de ahí que en mi casa siempre se habla y se oye Tambora. Toda mi juventud estuve relacionado en ese entorno, viví la lucha, dedicación, vocación y voluntad impuesta por mi padre y un grupo de amigos por hacer realidad sus sueños de llevar a cabo el Festival Nacional de las Tamboras.
Año a año conviví con sus premuras, sus desvelos, sus largo trajinar, para que el Festival no acabará, eran unos luchadores incansables, quienes por muchos días, semanas o meses se despegaban de su seno familiar, para entrarse en esa zona maravillosa de nuestra geografía nacional como es la Depresión Momposina para extender la invitación a todos los Grupos de Tamboras que concurrieran a Tamalameque a Celebrar el Festival.